Y finalmente, desde lo más inconsciente de mi aparato psíquico, estoy compitiendo con un fantasma. Compitiendo con alguien que no conozco, alguien que probablemente no voy a conocer. No puedo competir, la ecuación es sencilla, él allá + ella allá + yo acá = ella + él. Quizás en el fondo, son celos por no poder contar con las mismas oportunidades. Las ganas y la pasión me manejan y dejo la racionalidad de lado.
Bendita incertidumbre, bendita necesidad de querer controlar las cosas, bendita la certeza de saber que no todo depende de mí.
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