martes, 15 de junio de 2010

Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón.
Habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino, ella por otro.
Pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: "¿Por qué callé aquel día?",
y ella dirá: "¿Por qué no lloré yo?".


Gustavo Adolfo Bécquer

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