BURN OUT
También llamado síndrome de desgaste profesional, es el deterioro o agotamiento producido por la demanda excesiva (propia y ajena) de recursos físicos y emocionales que conlleva el ejercicio profesional. Este padecimiento produce pérdida de la energía y la vocación por el trabajo.
El profesional está en permanente contacto con situaciones traumáticas (dolor, muerte, sufrimiento), y aunque no las haya vivido o presenciado, sufre del trauma vicario, es decir, alguien lo hace parte de esa vivencia al contárselo.
Los síntomas que caracterizan el burn out son los síntomas intrusivos, como pensamientos recurrentes, sueños, invasión de lo laboral en lo personal; síntomas evitativos, como la respuesta silenciadora (no dejar expresar a los pacientes por miedo a quebrarse o no saber que responder), desmotivación vocacional, ausentismo laboral; y síntomas de activación fisiológica, como ansiedad, trastornos del sueño, somatizaciones, consumo de sustancias (alcohol, drogas, automedicación), negativismo, intolerancia.
Es necesaria la implementación de mecanismos de defensa, pero sin volverse un profesional insensible. No hay que olvidar que trabajaremos con seres humanos con los que debemos conectarnos para brindarles nuestra ayuda.
¿Por qué querría entonces, convivir diariamente con esto?
Porque mi misión en la vida es mirar a aquellos que muchos tratan como invisibles.